Miren Arenzana ©

Built with Berta.me

  1. MIREN ARENZANA – BOLA DE CRISTAL #1: LE MODULE por AIMAR ARRIOLA 2007

     

    INSTRUCCIONES DE USO Y NOTAS PREVIAS – El presente texto sigue una lógica próxima a BOLA DE CRISTAL #1: LE MODULE, el nuevo proyecto de Miren Arenzana (en adelante, Men): ofrece una serie de piezas independientes en forma de bloques de texto combinables entre sí, pudiendo recurrir a tan solo una, dos o más piezas. Cada bloque supone una reflexión autónoma en torno a algunos conceptos sobre los que se construye el nuevo proyecto de Men. Asimismo, el texto sigue una serie de restricciones auto-impuestas a modo de ejercicio de escritura situada: 1) concentrarse en el proyecto en cuestión que acompaña esta publicación. 2) trabajar a partir de lecturas específicas, pero sin referirse en el texto al trabajo de otros artistas ni utilizar citas a autores concretos. 3) tratar de ocupar la totalidad de la extensión de texto ofrecida.

     

    Pieza 1: módulo / modular

    Un módulo es por definición una pieza o conjunto unitario de piezas que se repiten en una construcción de cualquier tipo, para hacerla más fácil, regular y económica. Modular sería modificar los factores que intervienen en un proceso para obtener distintos resultados. El nuevo proyecto de Men participa tanto de la forma sustantiva como verbal de la raíz gramatical que forma su título “Le Module”.

     

    El proyecto se presenta como un conjunto de 30 unidades geométricas aparéntemente idénticas: tetraedros de esquinas cortadas, de ocho caras y aristas de la misma medida. Cada pieza es visiblemente transparente, blanda al tacto y abarcable con la palma de una mano. La forma definitiva de las caras es fruto de la combinación previa en dibujo de estructuras geométricas simples, como en el diseño tipográfico. Aunque no existan muchos objetos de uso común basados en su forma, estos módulos resultan extrañamente familiares.

     

    El recurso de Men a la geometría no busca resituar las cosas en el lugar que les corresponde, ni establecer una regla o modelo para hacer las cosas, sino que más bien responde a su capacidad de generar un orden común en el que proponer formas de interrupción. En el desarrollo del proyecto Men ha dibujado mucho, no sólo para previsualizar cada unidad, sino también para imaginar posibles construcciones modulares a partir del infinito ensamblaje de de las piezas, como en una estructura molecular.

     

    Pieza 2: luz / color

    En “Le Module” el color es resultado de la interactuación de la luz con la materia: objeto y fenómeno, fuente y efecto, existen simultáneamente. Cada uno de los módulos contiene una serie de luces programadas que al ser manipulados ofrecen distintos comportamientos lumínicos y de color. En su cualidad de unidades de luz portables, las piezas de “Le Module”, más que servir para iluminar un espacio –para definirlo–, nos ayudan a retrazarlo constantemente generando líneas imaginarias, como en un juego de unir por puntos de luz.

     

    El proyecto explota tanto el componente matérico como la dimensión sensorial, comunicativa y social de la luz y el color. En el pasado Men ha trasladado el resultado de sus investigaciones al espacio de lo cotidiano, como un modo de transformar su realidad más inmediata. Aquí la artista da continuidad a algunas de estas experiencias, al tiempo que busca activar procesos de reconocimiento y acción en el espectador, proponiéndo dinámicas de percepción variables.

     

    Pieza 3: interacción / (otra) relacionalidad

    La manida noción de relacionalidad ha reactivado en los últimos años la cuestión del papel del espectador, tanto con relación a las prácticas artísticas como a la actividad de las propias instituciones del arte. Men no habla de relacionalidad para referirse a su trabajo, sino de participación y experiencia, por lo que el término relacional aquí debería entenderse como la suma de ambas. En “Le Module” la relacionalidad no sería algo dado, garantizado de antemano, sino algo que podrá generarse a partir del encuentro del visitante con los objetos.

     

    “Le Module” se acompaña de instrucciones de uso en las que la artista anima al visitante a interactuar con los modulos, crear libres combinaciones o situarlos en un emplazamiento nuevo del edificio, fuera de la sala donde se exponen (las piezas presentan cuatro lados ventosa que le permiten adherirse a cualquier superficie lisa). Al proponer hacer uso de los modulos, animar a su traslación en el espacio, la artista busca provocar cierta consciencia en el visitante de su presencia y dinámica comportamental en el espacio. El espacio de la exposición se convierte así en un lugar donde el visitante ocupa una posición de negociación privilegiada.

     

    Pieza 4: trabajo / colaboración

    La actualización hoy de la cuestión de la especificidad de la práctica artística, propone que la actividad del arte no constituye una excepción respecto a otros ámbitos de trabajo y que la diferencia radicaría mayoritariamente en los circuitos de mercantilización, de difusión y consumo, que ocupa cada una. En el sentido filosófico clásico, la idea de trabajo no sería tanto la de llevar a cabo una actividad determinada, sino la de no poder dedicarse a ninguna otra.

     

    La práctica de Men parece contradecir esta última idea con una actividad caracterizada por una aparente dispersión, el uso variado de registros y el trabajo colaborativo. Muchos de sus proyectos recientes son el resultado de la creación de estructuras temporales de trabajo en equipo. “Le Module” es también fruto de un proceso de colaboración en cuyo desarrollo han intervenido otros creadores (los artistas Boris Nordmann y Scott Fitzgerald) rompiendo con la idea del artista autónomo.

     

    Pieza 5: diseño / función

    En su trabajo Men hace uso de ciertas gramáticas vinculadas al diseño, apropiándose de sus códigos y jugando con ellos. Cada elemento de las instalaciones de Men responden a una necesidad específica, a una “función” estructural concreta, sin concesiones al ornamento. Pero, ¿cuál es la diferencia entre una escultura y un mueble? ¿qué distingue un objeto artístico de una pieza de decoración? Estas preguntas participan de una de las cuestiones centrales aún irresueltas en torno a las prácticas artísticas: la de la función y aplicabilidad del arte.

     

    En la presentación de su nuevo proyecto en Montehermoso, Men ha dispuesto los módulos sobre una mesa, objeto escultórico y mobiliario a la vez; el hecho de que una de sus piezas pueda funcionar de igual modo como escultura que como mesa, lámpara, vestido o papel de pared, convierte a las formas en unidades dependientes de sus significados como signos. Arte y diseño mantienen posiciones diferenciadas con relación a la idea de función, y a menudo, el carácter “diseñado” y la funcionabilidad de una obra de arte se utilizan como barómetro para medir su eficacia y validez. Frente a esto, la reversibilidad y mutabilidad de muchas de las piezas de Men parecen querer reflejar el carácter construído de los entornos que habitamos y cuestionan el estatuto inamovible de las formas.

     

    *****

     

    Aimar Arriola © 2007

    ISBN : 978-84-96845-29-9

    Gazteizko Udala + Montehermoso Kulturnea